jueves, 1 de septiembre de 2011

Somos del Señor

Y si vivimos para él vivimos y si morimos para él morimos, sea que vivamos o que muramos, somos del Señor (Romanos 14:8)

En muchas ocasiones nos sentimos morir, tal vez no en una muerte física, pero sí una muerte en el desánimo, la desilusión por los golpes de la vida, por las luchas dentro de la misma casa del Señor, podrían ser muchos los ejemplos a dar, situaciones en las que te sientes como si hubieras muerto, pierdes el gozo, la fe, tus sentimientos te tumban, no ves avance y tienes ganas de huir, de irte de todo lo que conoces, es como si quisieras esconderte y que nadie, absolutamente nadie, te encontrara, ni siquiera tú mismo, tal vez has sentido ganas de esconderte en una habitación y echarte a llorar, o tal vez de acostarte y dejarte perder en tu tristeza y en tu lamento interior, en la oscuridad de una habitación donde no te vean, ni te escuchen, ni te hablen.

Tal vez estás pasando un tiempo en tu ministerio, en el servicio que estás haciendo en el que te sientas apático, no ves avance, no se te ocurren ideas de mejora, o si se te ocurren no tienes ganas de enfrentar el trabajo que eso te supondría.

Lo cierto mi querido hermano es que sea que vivamos o que muramos “somos del Señor”, lo que quiero hacerte entender en este momento es que cuando te sientes en la nube del gozo y la victoria ahí eres del Señor y cuando estás en el valle oscuro de sombra de muerte, allí eres del Señor. Él no se olvida de ti en ninguno de los dos casos, eres “SUYO”, su corazón sigue teniendo escrito tu nombre en él, sigues siendo especial tesoro, (Malaquías 3:17) “ Y serán para mí especial tesoro”. Para él no estás en el olvido ,(Isaías 49:15,16) ¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz ara dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti.
Hay situaciones que nos desbordan, pero aún en esas circunstancias debemos aprender a ver la mano de Dios a nuestro favor. NO hace mucho leí una historia sobre una niña a la que le habían robado su única bicicleta.

Esta niña nos enseña una gran lección, su actitud me sorprendió e incluso me hizo reír, ante la situación de desesperación de sus padres al ver que la bicicleta ya no estaba en la calle, la niña estaba feliz y muy contenta.

“Papá, le dijo, de todas las bicicletas que podían haber elegido, han cogido la mía!!!!!, su sonrisa iba de oreja a oreja, ella no vio la pérdida, sino que se sintió afortunada al sentir que lo de ella era mejor que lo de otro cualquiera, la suya fue la elegida , fue la más especial.
Todos pasamos por tormentas, por sequías, pero aún en las sequías él saciará nuestra alma, con una sonrisa de oreja a oreja debemos de sentir la perspectiva de la Palabra sobre nuestras vidas, nosotros vivimos en el mismo mundo de desesperación que el resto de los mortales, pero con una perspectiva diferente, una perspectiva de fe, aún en la tormenta SOY DEL SEÑOR, él no me deja, no me olvida, no tengo que esconderme en el fondo del armario, sólo tengo que acercarme a sus pies y dejarme perder en su presencia, sólo tengo que renovar en él mis fuerzas, descansar sabiendo que mi destino no está en manos de la suerte, sino en manos del TODOPODEROSO.

Recuerda: "Y si vivimos para él vivimos  y si morimos para él morimos, sea que vivamos o que muramos, somos del Señor."

Oro por ti, que el Señor te guarde en fe y en esperanza, sabiendo que todo ayuda para bien a quienes le aman y guardan sus mandamientos, oro que nada te robe el gozo, que es tu fortaleza, eres del Señor, en todo tiempo Él tiene el control.

Pastora Noemí Arteaga.

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