Hay palabras y siempre las ha habido que impactan las vidas y los corazones.
...Palabras escuchadas, palabras habladas, palabras no dichas incluso, pueden llegarte al alma (son las palabras de los gestos, las acciones); pero... sólo hay tres palabras que mueven un mundo porque permanecen para siempre:
FE, ESPERANZA Y AMOR.
1 Corintios 13:13
"Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor".
Cualquiera que sea la situación por la que el ser humano pase, la fe en que las cosas van a cambiar le mantiene.
También cuando todo parece gris y oscuro en la sociedad que nos rodea o en nuestra propia vida, la esperanza nos mantiene en alto, no nos permite hundirnos en un foso oscuro de desesperación y agonía.
Del amor, ¿qué podremos decir?.... el amor mueve el mundo.
EL AMOR MUEVE LA MANO DE DIOS, PORQUE DIOS ES AMOR, ESA ES SU ESENCIA.
Querido lector, hay tres sentimientos que debes cuidar en tu vida para que no te apagues y te pierdas en la corriente de este mundo destructivo y apático en el que las masas van sin sentido dirigidas por los medios de comunicación hacia la frustración, el desencanto y la pérdida de las ganas de vivir.
Los mayores secretos para mantenerme en la vida, los he encontrado en la Biblia, y este versículo me ha enseñado a cuidar mi fe, tanto para las cosas espirituales como para las naturales del día a día. La fe alcanza lo que aparenta imposible y lo trae a la realidad posible, es:... "la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve", es saber sin ninguna duda que aunque no lo veo; lo tengo ya.
La esperanza nos mantiene a flote en la tormenta, la oscuridad y la intemperie del alma, cuando los sentimientos se quieren deshacer dentro de ti y el alma te duele,cuando nadie ve salida, la esperanza te mantiene a flote.
El amor, todo lo puede, todo lo espera, todo lo soporta... nunca dejará de ser. (1 Corintios 13)
Hay muchos amores y clases de amor, pero sólo hay UNO, que cambia la vida para siempre, el amor de Dios. Es el único de todos que te llena de verdad como anhelas, el único que es invisible pero visible, el único que te ve como nadie más te ve, el único que saca lo mejor de ti.
En una ocasión leí una historia para niños que luego utilicé en muchas ocasiones para clases dominicales. La historia de Carboncito.
Carboncito era un trozo de carbón feo, sucio en el que nadie se fijaba, era poca cosita para los demás en la cueva, hasta un día en el que un hombre le encontró y le sacó de aquélla cueva oscura para llevarlo a un taller. A Carboncito no le gustó nada lo que el hombre hacía, pues con un pequeño martillito le golpeaba, a él le dolía y no quería pasar por ese proceso. Al final de la historia carboncito fue vendido a una empresa, cosa que le gustó menos aún...pero.!.Cuál fue su sorpresa al verse en un escaparate rodeado de joyas preciosas!!!. Carboncito, acomplejado por lo feíto que era, se miró reflejado en la vitrina del escaparate y no pudo creer lo que sus transparentes ojos asustados veían... ya no era un carbón, era el anillo de diamantes más llamativo y bonito de toda la joyería. En ese momento una señora entró en la tienda y se lo llevó... !Qué orgulloso iba carboncito ahora!!!, ya no estaba sucio, ni menospreciado, sino que iba en la mano de una señora que le paseaba por todas partes y su belleza.... no tenía igual.
!Cuántos Carboncitos no han sido cambiados por el amor de Dios!, !cuántos de nosotros no hemos llegado al Señor, sucios, despreciados y escondidos en nuestro propio interior!. pero... el Señor NO vio en ti un carbón, vio lo mejor de ti...el DIAMANTE PRECIOSO que llevabas dentro y que sólo Él podía transformar.
Estimado lector...nunca pierdas la fe, nunca se desvanezca la esperanza en ti, pero sobre todo y por encima de todo, mantén ese primer amor que tanto bien te hizo y tanto bien te hace, aunque los años pasen y las circunstancias cambien el AMOR de Dios en ti cambiará tu mundo.
Le pido al Señor que él te bendiga en este día, que se aparte de ti toda incertidumbre de fe, que toda desesperanza se transforme en esperanza y que el amor te cubra y que tu amor cubra los defectos de todo el que te rodea. Qué el Señor te guarde enormemente porque no eres alguien anónimo en la multitud, eres DIAMANTE PRECIOSO EN MANOS DEL MAESTRO.
Pastora Noemí Arteaga